Pedro Aranda
Astudillo Fundador de la Corporación
Gen
Nov. 2001
El vértigo cultural que vivimos nos conduce a su vez a
automatizarnos en nuestros quehaceres, como también en nuestros ámbitos de comunicación
humana: relaciones personales, familiares, sociales… : a tal acción tal reacción. El filósofo Gurdjeff decía: “recibimos
percepciones y excretamos
conductas”.
El Dr Humberto Maturana, fue Premio Nacional de ciencias y de
autoridad intelectual mundial en su último libro nos dice entre sus fecundos
asertos: “Los seres humanos surgimos en el lenguaje, con todos nuestros
sentires íntimos en armonía, pero luego dejamos de respetar esos sentires”. Podríamos matizar que no sólo surgimos del lenguaje
sino nos constituye como humanos. Solo los humanos pueden expresar y
expresarse. Los robots pueden “hablar” desde el programa que se les ha
impuesto.
Las palabras son como los frutos que nacen de la tierra,
ellas nacen de las entrañas del sentir y de las conciencias. Pero la celeridad que vivimos “no tenemos
tiempos para vernos y escucharnos en
nuestro interior y como corolario menos escuchar lo que nos son diferentes
u opuestos a nuestras ideas. Evitamos transitar por las zonas internas…donde se
encuentran las sinceridades y las responsabilidades. Se evidencia un vivir divisorio o divorciado
entre el mundo interior y el mundo exterior de vida disfrazada. En el mundo de
roles y disfraces se esfuman las confianzas.
Las campañas eleccionarias no dejan de ser un carnaval de
palabras, promesas destinadas a conquistar adhesiones. Un malabarismo de palabras.
La imagen bíblica de la Torre de Babel nos deja el mensaje que cuando todos
tiran para su lado, para sus partidos, para sus conveniencias hace imposible
construir un País… y se destruye el edificio, vale decir el país. Mas, la peor destrucción y quizás imposible
de reparar es la pérdida de nuestra identidad como nación. Al igual cuando una persona pierde su
identidad…
La humanidad ha vivido con sus propósitos de conquistar el
mundo para sí misma. En su trayecto ha
perdido su alma lo declaraba Alexander Solzhenitzen, agreguemos que también
perdió su vínculo con la naturaleza.
Nuestro mundo se debate en múltiples crisis que siempre las ha tenido,
pero las actuales son ya más conducentes a su propio exterminio. Para esta
Cop26 ya le pareció tan insoslayable el futuro catastrófico que se
espera que en su redacción final (¡al
fin!) se pudo llegar al acuerdo de firmar todos los países incumbentes.
Nuestro País está en la profunda encrucijada de
polarizarse. ¿Será posible que
releyéramos el mensaje de la torre babel?
Por la ley física de la inercia si frenas a los 150 km por hora el
resultado será caótico. Ganar una
elección para borrar del mapa al contrario será apagar el incendio con bencina.…. “Soltar el apego a la adicción de tener razón
y ser dueños de la verdad”. Chile como
comunidad humana es un proyecto común. Hemos
tenido líderes en la historia que han hecho posible reunificar sus países, tenemos estos faros para aprender de ellos y
llegar a puerto.
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