viernes, 29 de agosto de 2008

¿ AGRESIVIDAD ESCOLAR ?



Es hora de hacer un “intermedio” o una tregua para vernos las caras con las manos desarmadas. Primeramente reflexionemos y conversemos sobre la atmósfera que respiramos. Según el smog social que tengamos fijémonos en nuestras propias conductas.
¿Por qué la agresividad, el stress, la vida agitada han invadido los climas sociales?.
¿El progreso sin respeto, no es un retroceso?.
Sentir el gozo de vivir y de caminar es imposible si nos pisamos los pies unos a otros, aunque la costumbre nos hace creer lo contrario.
¿Nos damos cuenta que, “el no tengo tiempo” es precisamente para aquello que nuestro espíritu más necesita?.
La felicidad como el amor son gratuitos pero, todo nos lleva a comprarlos. (En la fantasía de este reverso están las dolorosas deudas).
¿Sentimos que el desarrollo también arrolla, que el consumo también nos consume?.
La madriguera, la ruca, el hogar son nuestra intimidad, pero en el corazón de cada uno residen los ímpetus de la vida, de recrear mi mundo. “La salida entonces, es desde el corazón”. Conectémonos desde él. El corazón es convergente, la mente es divergente y el Internet es virtual.

¿CÓMO RETOMAR EL EJE EDUCATIVO?:
Las tierras maternales conducen a sus semillas a ser en plenitud. De ellas brota la tarea de educar: que cada persona expanda sus potencialidades. La mayor violencia es agredir la tierra, como también ignorar la diversidad de las personas, convertirlas en objetos para el servicio de cualquier sistema.
Mientras más usemos el premio y el castigo más se tensionan las relaciones humanas y más se adultera la finalidad de educarse. Estudiemos para despertar en verdad, bien y belleza. Valores que nos propulsan más allá de las calificaciones, compensaciones, manipulaciones. (Las academias son un fiel reflejo que es posible).
“El amarse a sí mismo para amar en la vida” es una semilla que se abona en el hogar, en el colegio. Sin estos abonos los frutos son muy amargos. (Pero, también existen desiertos floridos).
Las promesas incumplidas son el combustible para el fuego de las expectativas, más aún en niños y jóvenes que presienten futuros tan desafiantes. Las frustraciones se refugian en evasiones, agresiones, o en las más diversas adicciones.
Enseñar y aprender a redescubrir la profunda satisfacción que nos reporta la actitud de ser responsable consigo mismo y mis compromisos. “Echarle siempre la culpa al empedrado” atrofia nuestra autoestima.
La voluntad de superarse implica subir yo un escalón; sin embargo la ansiedad es querer llegar arriba sin subir. Superarse es una forma de amarse, “multiplicar sus talentos”.
Nacimos para comunicarnos, para nutrirnos del intercambio de experiencias, de pensamientos, de las vivencias espirituales. Educarnos es la acción humana más propicia para convalidarnos cómo aprendo de ti y cómo aprendes de mí: “De ti aprendí, a ti te di, juntos compartimos, de esto vivimos”.
¿Por qué es más fácil salir a la calle a luchar por los principios que vivirlos día a día?. Salimos a la calle a gritar por la justicia, llegamos a nuestras casas, a nuestros trabajos y no hemos sido justos, no hemos escuchado a nuestros familiares, a nuestros compañeros.


16 de Agosto, 2008
Pedro Aranda Astudillo
pj.aranda@gmail.com

1 comentario:

VostChile dijo...

http://quinta2020.blogspot.com/