jueves, 9 de julio de 2020

DE LA CRISIS GLOBAL ¿NACERÍA EL BIEN COMÚN?



Pedro Aranda Astudillo 
Fundador de la Corporación Gen

5 de julio 2020




Que reine el Bien Común en el cuerpo planetario no sería  utopía, como no lo es la existencia de las Naciones Unidas, las “economías circulares, ecológicas” ya son temas de conversatorio” entre algunos nóbeles de economía. 

Visualizamos el Bien Común como la sangre que llega a todas las células, la savia a todas sus hojas.

Las crisis globales que vivimos han provocado ríos de sufrimientos para la mayoría de los humanos: las profundas desigualdades, y la explotación de la tierra obligan mirar hacia las causas: lo que siempre condiciona a la convivencia humana son sus sistemas económicos que “tienen el sartén por el mango”.

Las concentraciones de poderes económicos, políticos, por sí mismos evidencian que sus sistemas  hipertrofian el cuerpo social.  Las megápolis existen por las succiones de los aportes de sus provincias.  

Este sistema es insostenible para sí mismo. Al final se trinchera con las armas de izquierdas o derechas.

La pandemia ha cambiado el eje del gobierno social: lo radica en el Gobierno del Estado.    Lo subyace un principio rector que cubra todas las urgencias desencadenantes. Lo agravante es cuando los gobiernos no logran las confianzas de las ciudadanías, e incluso dependan de voluntades “impredecibles”.

Lo que es el alma para el cuerpo, lo es el Bien Común para una sociedad coherente y sostenible. 

No es quimera, el 2000 la ONU se propuso alcanzar 17 objetivos sostenibles para el 2030: “erradicar la pobreza, nadie se quede atrás, mejorar  la calidad de vida, proteger el planeta”.

La hipótesis por el Bien Común no es ocurrencia de quien escribe este artículo, es el torrente de situaciones globales que marcan la brújula hacia el Bien Común para que la Comunidad humana recupere, reinicie su esencia perdida de paz y amor (términos también usados por la ONU)

Permítome considerar: El Bien Común no es incompatible con el sentido de  propiedad, cada cual, cada quien tiene sus propios atributos que se enriquecen con el bien común si está  integrado al bien social. El mundo empresarial lo vio hace décadas con el sentido de su responsabilidad social y de servicio.  Aunque lo desmientan las colusiones, los monopolios y corrupciones…

Si la Vida es el Bien Común por excelencia y nos integra a todo lo viviente,  inversamente nos denuncia que los humanos vivimos contra el Bien Común pues inventamos las armas para matar, para reprimir los potenciales vitales tanto en el reino animal como en el reino humano.   Es macabro tener las puertas abiertas a tantos a asesinos.

Sólo invirtiendo las armas en pan de oportunidades el azul del cielo bajaría a nuestro mundo.  

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