martes, 21 de julio de 2009

Declaraciones a la Prensa: Planteamientos sobre la educación.




Declaraciones a la Prensa: Planteamientos sobre la Educación.

Pedro Aranda Astudillo.

A propósito del lanzamiento de mi texto de autoayuda “Estudiar para despertar”, Orientaciones para aprender y emprenderse. Antofagasta, 30 de Julio 2009.

LA EDUCACION MUNICIPALIZADA DEBE SALIR A LA VANGUARDIA Y REASUMIR LO QUE LA CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO FUNDAMENTA POR UNA EDUCACIÓN QUE SE PROPONGA LA REAL FORMACIÓN INTEGRAL DE LAS PERSONAS. HOY PRACTICAMENTE LA EDUCACIÓN ESTÁ REGIDA, REDUCIDA, SESGADA Y POR ENDE ESENCIALMENTE DISTORSIONADA POR EL OBJETIVO QUE LOS ESTUDIANTES OBTENGAN EL MAYOR PUNTAJE EN EL SIMCE Y LA PSU.

NO SON POCOS LOS EDUCADORES QUE SUSCRIBIRÍAN LA SIGUIENTE DEFINICION:
“La educación ya no se define en relación a un contenido determinado que se trata de asimilar, sino que se concibe, en su verdad, como un proceso de la persona que, a través de la diversidad de sus experiencias aprende a expresarse, a comunicar, a interrogar al mundo y a llegar cada vez más a su plenitud humana”.

La Universidad Católica en conjunto con las Universidades de Santiago, de Concepción y Técnica de Federico Santa María han creado un nuevo sistema complementario de admisión que responden a los atributos metacognitivos que hacen a un alumno exitoso y que en otros países ya se aplica. Cabe señalar que los tests pilotos los han realizado desde hace dos años con algunos colegios de Santiago Sus cuestionarios tienden a medir la conciencia del aprendizaje, habilidades sociales y de proactividad. Los alumnos también deben reportar las actividades extracurriculares durante la enseñanza media. Los ensayos de estas pruebas consagran su factibilidad y en ellos la brecha socioeconómica se ha reducido en un 60%.

Si la educación vuelve a sus esencias, a su origen ético de formar personas podrá dar el gran salto cualitativo que tanto anhelamos. Los postulados de la UNESCO para la educación en el mundo son: aprender a conocer, aprender hacer, aprender a convivir con los demás y aprender a ser.

“EL PROBLEMA ES GLOBAL Y ES LOCAL”:
A. Einstein ya decía: “El problema moral de nuestro tiempo es la optimización de los medios con una confusión de fines”. (No en vano las personas se sienten postergadas por tal optimización, este desfase valórico como otros, genera un clima de irritabilidad, de exasperación transversal).
Recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer el Estudio Internacional de Enseñanza y Aprendizaje en el cual se consultó a profesores de 24 países sobre la convivencia escolar. El 60% de los docentes asegura que los estudiantes constantemente interrumpen la clase, un 40% afirman que dicen groserías siempre, y el 35% de ellos ve cómo sus alumnos intimidan verbalmente a otros compañeros con frecuencia. En Inglaterra se optó llevar a los padres a la Corte para comprometerlos a brindarles el apoyo necesario a sus hijos que incurren en conductas antisociales.

Las autoridades educacionales dicen que un profesor evaluado como excelente, destacado no garantiza que sus alumnos aprendan con él. No basta ser erudito si no sabe enseñar lo que sabe. Pese a ello existe la obsesión que el profesor ya debe tener un magíster. Parte del marketing de colegios, universidades es cuántos magisteres y doctorados tienen. Es obvio que el conocimiento ha evolucionado las condiciones de vida y la hace cada vez más “confortable”, pero no está en su poder hacer de los humanos una existencia de convivencia acorde a la armonía general que reina en toda la naturaleza.

Si pudiésemos enfocarnos y consensuar básicamente qué se requiere para que una persona aprenda bien, para que un profesor enseñe bien, tendríamos la mitad de los problemas solucionados. Y, de paso reingienaríamos el asignaturismo sofocante.

Constantemente nos informamos de personas que han llegado a los más altos pedestales sea por sus conocimientos y/o por sus habilidades, y, abruptamente muestran sus grandes vacíos al interior de sí mismos. ¿Qué faltó en sus procesos de formación humana?: Si bien las raíces dicen por qué los árboles son lo que son, sin embargo cabe la posibilidad en los humanos de complementarse desarrollando sus capacidades de reflexión, de interiorización, de conectarse con la sabiduría que entraña la creación. La cultura occidental debería asumir una dosis importante de la oriental. El celular, el internet nos pone en contacto con cualquier parte del mundo, pero también la inteligencia de nuestra conciencia descubre las respuestas que buscamos más íntimamente en nuestra vida.

No sé por qué no nos hemos rendido a la evidencia que los niños, los adolescentes aprenden más de un 100 % en sus academias, en ellas se da una riqueza infinita de enseñanza y aprendizaje. No son pocos los ejemplos de pequeños grupos de estudiantes que han logrado salir al extranjero y que han obtenido importantes reconocimientos por sus experiencias, sus investigaciones. Las academias sustentan la validez de una pedagogía fecunda y que a su vez no puede ser más práctica.

Dentro de la sociedad civil sólo la educación tiene la encomiable y sagrada misión de convertir individuos en personas, de darle sustentabilidad a la existencia humana y a nuestro planeta. Si hoy nuestra sociedad se ensombrece con densas nubes, y, tenemos un planeta llagado de contaminaciones es precisamente porque equivocamos el camino de ser personas.

Los estudiantes de hoy, pese a las adversidades que deben enfrentar, les es ineludible rescatar sus capacidades de aprender a ser responsables, de aprender a pararse por sí mismo, de darse cuenta si aprende o no aprende (independiente de las notas que obtenga), de aprender de sus errores – que son fuente de aprendizajes – de ser responsables de sus comportamientos. Todo conlleve a enseñarle a pescar, no a darle el pescado. Se ve que en una cantidad importante de jóvenes sus padres han abdicado su responsabilidad para que sus hijos sean responsables. Y los colegios ejerciten en los estudiantes “hacerse cargo” de su propio aprendizaje.

La mentalidad de “Fórmula uno”: premiar a los más rápidos o “ágiles”. Se enfatiza que hay que ser breve y preciso, vale decir eficiente. Ser competitivo es una exigencia imperante. Este es un cáncer para el espíritu de la educación que es precisamente lo contrario. Madurar, procesar, asimilar, comprender, aprender en colaboración, aprender del diálogo, aprender a descubrir las sinergias. Es inconcebible que se den sólo algunos días para leerse un libro y evacuarlo en una disertación o en una evaluación. Robotizar el aprendizaje va contra la naturaleza de todo proceso de maduración que requiere el ser humano. El cerebro, que ha creado la computadora, no es computadora. La agresividad en todos los ámbitos está llegando demasiado lejos pues la presión, el acoso por los resultados provoca los multiformes ahoguíos emocionales.

Si las atenciones de los servicios públicos, comerciales, empresariales buscan una mayor personalización y fomentar las diferenciaciones, ¿la educación “per se” no debería ser cada vez más personalizante y asumir las diferenciaciones?.

Valga recordar lo siguiente: el mundo exterior niega la subjetividad interior. Los cambios son externos, las transformaciones provienen desde adentro. Nada hay afuera que no pueda ser transformado desde adentro. Una cosa es el cambio de actitudes las cuales duran poco. Otra es los cambios de paradigmas que se sustentan en el tiempo. El mundo externo pertenece a los demás, el interior me pertenece. Por lo tanto, paradójicamente “LA SALIDA ESTÁ HACIA ADENTRO”. ADENTRARSE ES RECREARSE. “LA META NO EXISTE, EL CAMINO Y LA META SON LO MISMO, POR TANTO DAR CADA PASO PLENAMENTE”

La ley universal es: el cosmos es unidad y nosotros en unión con el cosmos. Este principio es un eje orientador medular para educarnos hacia la plenitud humana.

Mi propuesta del libro texto “Estudiar para despertar”. “Orientaciones para emprender y emprenderse” precisamente ofrece paradigmas y sencillas metodologías que nos conduzcan a ser personas que vivan comprometidamente con su aprendizaje, y sobre todo aprendan a descubrir la verdad, el bien y la belleza en sí mismas, en la naturaleza, en la sociedad.

Pedro Aranda Astudillo


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