¿Los valores se volaron?
Pedro Aranda Astudillo Fundador de la Corporación Gen
Octubre 2025
Solemos escuchar: “ya no hay valores”, “se perdieron”, nostalgias por el respeto.
¡El visionario tango “Siglo XX Cambalache”: “Da los mismo ser un burro que un gran profesor!”, valga también para el siglo XXI.
La mecanización de la vida robotiza las relaciones humanas. Los vértigos de la prisa, de las urgencias no dan tempo para admirar. Las cajeras con la piocha de su nombre no la saludamos.
Nuestra corporalidad humana existe por su alma, por su conciencia, por su espíritu.
El mundo vegetal por su savia interna.
Darse ánimo es apelar a nuestro espíritu.
La vida proviene de sus adentros.
Los mundos de los valores humanos nacen con actitudes, gestos embestidos de gracia, nos validamos como personas.
Los valores son lenguaje universal, sintonizan con nuestro espíritu de comunicación, de crear vínculos.
La gracia es tener a flor de labios “las gracias”, nos acogemos, nos “bien venimos”. Las personas agraciadas no tienen muros.
Sin embargo, las “des-gracias” no sólo son accidentes, infortunios, también insultan: ¡“Eres un desgraciado” !, grave ofensa, reduce a la persona a la opacidad de las cosas.
Los valores sustancian la comunidad humana, cuando reinan entre las personas la sociedad se dignifica.
Los valores se aprecian, vale decir no tienen precio.
La amabilidad no tiene precio y cuán valiosa es. La amabilidad atrae como el amor.
Los valores adquieren diversos colores como el sol en los vitrales, sus diversidades son fundantes para la existencia humana.
Priorizamos el valor del Bien Común. El bien, por sí mismo, es valioso como el agua. ¿Por qué decimos que los valores ya no se valoran aquí ni allá?
Todos consideramos la educación como un bien común esencial.
Sin embargo, al día de hoy no deja de aterrar, por decir lo menos: las candidaturas presidenciales ausentan propuestas por un cambio de fondo para abordar la grave crisis educacional: El agobio del profesorado, por varios motivos, no pocos profesores emigran de sus escuelas.
Se repite, la economía está estancada, la educación por años mucho más… ¿Recuerda la revolución de los pingüinos en 2006?
Sugerimos al próximo gobierno en su primer día convocar a todos los premios nacionales en educación que elaboren una renovación sustancial de la educación.
Los pilares de la UNESCO son la carta de navegación para llegar al puerto de una sociedad con rostro humano.
El valor de la seguridad en primer plano de la sociedad. Pero esta crisis nos desafía ver de frente sus causas, hasta ahora se ofrecen “más cárceles, más policías, mano dura”.
Valga el ejemplo: la gordura no se soluciona ensanchar el cinturón. La misma sociedad debe reconocer que ha creado exclusiones revertidas en delincuencias.
(El crimen organizado nos viene desde el exterior)
¿Recordamos aquella “marcha”, espontánea en 2019 del millón doscientos mil ciudadanos sin banderas partidarias pidiendo dignidad, equidad, valores como el pan?
Los países desarrollados han exiliado los valores de la vida: la carrera armamentista desatada.
Vivimos en la cuerda floja de una tercera guerra mundial.
¿A qué se debe el torrente migratorio?
La vida es el valor por antonomasia, como la dignidad humana, la fraternidad humana establecida en el primer artículo de los derechos humanos.
Sabemos hacer, pero no sabemos ser, aprender a ser.
Un Proverbio africano ilustra los desvaríos de la vida:
“El niño que no sea abrazado por su tribu, cuando sea adulto quemará su aldea para sentir su calor”.

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