La corona del virus...
Renovarnos“Nuestro sentido de la vida”
Pedro Aranda Astudillo Fundador de la Corporación Gen. Marzo 2020.
Una corona nos significa un culmen logrado. La corona entroniza reinados, los
emperadores usaban una corona de laureles, las coronas en triunfos deportivos.
Al final de una vida se lleva una corona de flores. Curiosamente el Covid-19 fue
reconocido como coronavirus. Un virus invasivo, microscópico, invisible a la visión
normal, este minusculísimo virus se ha coronado de un poder inimaginable: capaz
de paralizar dos gigantes cruceros con su tripulación y miles de pasajeros.
Se filtra
sigilosamente por los continentes y tiene en vilo a poblaciones enteras…
Lo descubrió un Médico chino que murió por él. Descubierto en el país más
populoso del mundo, más coronado de ciencias y tecnologías, en el país con un
poder político infranqueable, capaz de levantar un hospital en diez días para
enfrentar al soberbio virus. Sin embargo este país tenía un hotel de cuarentena
para los enfermos del virus y se desplomó como un naipe.
El Observatario ALMA a cinco mil metros de altura del desierto de Atacama cerró
sus puertas a las visitas.
Wall Street corazón histórico para las acciones, bonos ha
tenido días de tsunamis financieros.
Las aglomeraciones para la casa.
Nuestra civilización humana que protagoniza la vulneración de la naturaleza que
nos hospeda, esta civilización orgullosa y prepotente de sus conquistas, todos sus
seres humanos ahora tiemblan ante un estornudo… . Vimos calles de China casi
vacías
El clima mundial beligerante, países ostentosos por sus armas nucleares
intercontinentales.
Torrentes migratorios, movimientos sociales explosan por causas legítimas de
justicias. Todo ello lo corona una tecnología endiosada que desplazaría al trabajo
humano, y el consumo ¡cómo nos ha consumido! ¿Por qué tienen que sucedernos
hechos traumáticos, dolorosos para despertarnos las conciencias?
La Otra cara de este rostro angustioso:
La vida se corona a sí misma. Es la vida que se recoge para defenderse. Se
repliega ante la estupidez humana.
Es la vida que nos despierta los ojos de la
conciencia: que no son las cosas que nos afana tener lo que nos hace vivir, es la
convivencia en equidad, en fraternidad.
Es la vida que se desarrolla en el silencio
de las raíces, que aletea y nos canta con sus aves de cielos, la vida en sus
entrañas de sabiduría todo lo irriga hasta los desiertos floridos, la vida invencible a
cinco cataclismos de nuestro planeta.
La vida es el Bien Común y cuando
aprendamos de su Bien Común aprenderemos de su paz radiante, de su armonía.
Los primeros pálpitos se asomaron hace 4.500 millones de años. Venimos del
Útero del Universo hace 13.800 millones de años.
Nos ufanamos que somos
seres racionales.
¿Es concebible que la racionalidad esté provocando los
cambios climáticos, que día a día mueran por hambre 25.000 personas?
Existe el
hecho físico que al topar fondo podemos reimpulsarnos y emerger… Igualmente
Los humanos cuando topamos nuestros adentros empezamos amar lo más vivo…
(Este escrito fue publicado y destacado por el Mercurio de Antofagasta el jueves 12 de Marzo 2020. Ha
sido readecuado para las Instituciones que quieran aportar a sus integrantes un destello por renovar
el sentido de nuestro vivir y convivir).
Izamos la paz de los árboles,
Agave en la Corporación Gen a 22
km. de Antofagasta-Chile.
el más árido del mundo.
Izamos vida en nuestro desierto,
Izamos los encuentros de miradas.
Soy Fundador de la Corporación Gen, creadora desde 1974 de un micro oasis ubicado a 22 kms. de
Antofagasta – Chile. Junto a un grupo de personas disímiles fuimos capaces de inspirarnos en un fin
común.
pedroyiduaranda@gmail.com Instagram: corporación_gen. .
www.corpgen.cl Facebook: corporación gen.
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