jueves, 19 de junio de 2008

¿ POR QUÉ IGNORAR LAS EVIDENCIAS ?.















18 de Mayo 2008. Pedro Aranda Astudillo 





SE HA TAPADO CON UN DEDO EL SOL DE LA EDUCACIÓN : 

 ¿ POR QUÉ IGNORAR LAS EVIDENCIAS ?. Los Derechos Humanos enarbolan la Educación . Son derechos y deberes que nacen de la conciencia universal. 

En el imperio del libre mercado se reconoce y se propicia que quien quiera lo mejor debe pagarlo. Prima la oferta y la demanda, todo producto debe ser rentable. 

Las relaciones son transaccionales. Para el libre mercado la fuente motivacional es la competencia y el consumo. 

Sin embargo, esta competencia consagra “ a los mejores, a la concentración de poderes ”. 

El mercado se regula a sí mismo, sus normativas son de conveniencias, es un modus vivendi expansivo. 

Una Nación bien nacida protege a sus hijos ciudadanos de las injusticias y discriminaciones. Para la madre Nación no hay hijos de menor categoría. 
La configuración, la organización del Estado a través de sus gobiernos es hacer cumplir este derecho natural en todas las instancias de la vida social. 

La falta de equidad provoca y genera la violencia. La ley del más fuerte por tanto excluye la democracia, la jauría de intereses desconoce el horizonte del bien común. 

Los gobiernos que han comprado el libre mercado para sus políticas económicas y sociales, consecuentemente deben poner los recursos equivalentes a la competencia de los sostenedores de los establecimientos educacionales particulares. 

La reingienería en la educación, que es impostergable y urgente, debe generarse desde su centro vital : la calidad de la enseñanza – aprendizaje. Toda ley, toda estructura educacional debe partir desde la relación pedagógica entre educador y educando. 

Un programa de formación que prepare a los niños y jóvenes para un mundo radicalmente distinto al de hoy, que ya se avisora, y que el mañana dependerá de quiénes se han formado como personas, y se hayan capacitado para reinventarse a sí mismos. 
Sean los valores humanos, llamados hoy metacognitivos, la columna vertebral de los procesos educativos. 

Más que la razón, es el redescubrimiento del amor que podrá salvar nuestra tierra de sus profundas heridas. 

 Escucha Chile : no propicies que tus hijos compitan en contiendas desiguales. Juan Pablo Segundo nos dejó palpitando aquello de “los pobres no pueden esperar”. 
Agreguemos que tampoco pueden esperar los pinguinos, sus padres y sus profesores. 

Nos duele entrañablemente, y, también se hiere al alma nacional, que el reinvidicar la justicia, la ética en la educación haya dejado de ser evidente.

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